El emeritense Manolo Coronado, que ha participado en 19 de sus 21 ediciones, nos cuenta la historia de esta prueba desde su experiencia

Recuerda el año 99 y cómo desde el Club de Senderismo “Camino de la Plata” pusieron en marcha las “24 Horas de Marcha”. “En aquella época había muy pocas pruebas de estas características” nos explica Manolo Coronado, emeritense, y una de las personas que más veces ha participado y terminado las hoy ya conocidas como “LXVII Millas Romanas”.

Amante del senderismo, la montaña, de la naturaleza y de ponerse a prueba, Coronado ha participado en 19 de las hasta ahora 21 ediciones de las “LXVII Millas Romanas”. Una lesión al poco de comenzar una de las ediciones fue la culpable de que no pudiera finalizar ese año la prueba y en dejar en 18 los miliarios en su poder.

Asegura que la prueba “no necesita de una preparación muy exclusiva” pero sí de “mucha voluntad y sacrificio”. “Hay que ir a por ellas” nos dice, “no se puede salir pensando a ver hasta dónde llego”. Desde su experiencia, Manolo Coronado nos cuenta que en este tipo de pruebas siempre hay “mucho compañerismo y solidaridad” ya que “es difícil ver a alguien con algún problema y que no pararse para ayudarle”. Quizás este sea uno de los muchos secretos, junto con la afición, de que las “LXVII Millas Romanas” vaya ya por su veintidós edición.

XXII Edición LXVII Millas Romanas

Una veintidós edición que el Comité Organizador fijó hace poco más de un mes para los próximos días 28 y 29 de mayo de 2021, después de suspenderse en dos ocasiones el pasado año 2020 por la situación y restricciones sanitarias. A pesar de que aún está en el aire su celebración presencial, se barajan otras opciones, aunque Manolo Coronado es optimista y confía en que “este año va a salir adelante”.

Un año más en el que tal y como nos detalla, no faltará en su mochila suero, una manta térmica “es necesaria y muy importante, principalmente cuando se echa la noche” y un poco de botiquín. El resto lo ponen las ganas y el afán de superación.